El barrio Coviprol está rodeado hace dos décadas de baldíos que ahora son un asentamiento. Los vecinos aseguran que escuchan tiroteos y les lanzan piedrazos, por lo que votaron la construcción del muro en el presupuesto participativo. El tema ya llega a los medios nacionales.
Las Heras decidió construir un muro para separar un asentamiento de un barrio, lo que ocasionó una serie de enfrentamientos entre los vecinos, obligó a la intervención de personal policial y generó una polémica que ya está instalada en los medios nacionales.
Se trata del barrio COVIRPOL, ubicado en la calle San Martín entre el 4000 y 5000, que "desde hace 20 años está rodeado de baldíos", según dijo el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Alejandro Gil.
El funcionario indicó que los problemas "no son nuevos" en el lugar, sino que "desde aquel momento" la gente del barrio "viene haciendo trámites para cerrar esos baldíos".
Con el paso del tiempo, se conformó un asentamiento en uno de esos terrenos aledaños, integrado hoy por alrededor de 120 familias que no quieren irse pese a que desde el Gobierno se les puso a disposición distintos planes de vivienda social.
A su vez, los dueños de la tierra - que es la misma cooperativa que construyó COVIRPOL - tampoco quieren vendérselos, destacó Gil.
"El Municipio nunca quiso hacer el cierre", puntualizó, "pero este año, por primera vez desde la comuna se pone en práctica la buena experiencia del presupuesto participativo, donde son los propios vecinos los que presentan proyectos para que sean priorizados por la comuna".
"Así, se destinó un porcentaje del presupuesto para obra pública" precisamente para atender la demanda de los lasherinos, expresó el subsecretario, y entre las propuestas presentadas, "los vecinos de la zona de El Resguardo pidieron que se priorizara el cierre de ese baldío" que hoy está usurpado, explicó.
Si bien aclaró que no se trata de un cierre total del barrio, sostuvo que el muro que se está levantando es para "cerrar la calle que lo unía al asentamiento".
COVIRPOL es habitado en parte por familias policiales "pero también vive gente que no es policía", en tanto que en el asentamiento "la mayoría de las familias son gente trabajadora, que manda a sus chicos a la escuela, pero que, como en otros casos, también hay un pequeño grupo" que genera conflictos lo que hace que la "convivencia" entre ambos bandos sea "compleja", aseguró.
Gil manifestó que "se escuchaban tiroteos, eran habituales los piedrazas en los autos" y añadió que "tal vez si hubiéramos podido lograr una convivencia pacífica no habríamos llegado a esta instancia".
Sin embargo, aclaró que "la obra se ejecuta con dineros del presupuesto participativo, es decir que ha sido una decisión exclusiva de funcionarios municipales".
Se trata del barrio COVIRPOL, ubicado en la calle San Martín entre el 4000 y 5000, que "desde hace 20 años está rodeado de baldíos", según dijo el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Alejandro Gil.
El funcionario indicó que los problemas "no son nuevos" en el lugar, sino que "desde aquel momento" la gente del barrio "viene haciendo trámites para cerrar esos baldíos".
Con el paso del tiempo, se conformó un asentamiento en uno de esos terrenos aledaños, integrado hoy por alrededor de 120 familias que no quieren irse pese a que desde el Gobierno se les puso a disposición distintos planes de vivienda social.
A su vez, los dueños de la tierra - que es la misma cooperativa que construyó COVIRPOL - tampoco quieren vendérselos, destacó Gil.
"El Municipio nunca quiso hacer el cierre", puntualizó, "pero este año, por primera vez desde la comuna se pone en práctica la buena experiencia del presupuesto participativo, donde son los propios vecinos los que presentan proyectos para que sean priorizados por la comuna".
"Así, se destinó un porcentaje del presupuesto para obra pública" precisamente para atender la demanda de los lasherinos, expresó el subsecretario, y entre las propuestas presentadas, "los vecinos de la zona de El Resguardo pidieron que se priorizara el cierre de ese baldío" que hoy está usurpado, explicó.
Si bien aclaró que no se trata de un cierre total del barrio, sostuvo que el muro que se está levantando es para "cerrar la calle que lo unía al asentamiento".
COVIRPOL es habitado en parte por familias policiales "pero también vive gente que no es policía", en tanto que en el asentamiento "la mayoría de las familias son gente trabajadora, que manda a sus chicos a la escuela, pero que, como en otros casos, también hay un pequeño grupo" que genera conflictos lo que hace que la "convivencia" entre ambos bandos sea "compleja", aseguró.
Gil manifestó que "se escuchaban tiroteos, eran habituales los piedrazas en los autos" y añadió que "tal vez si hubiéramos podido lograr una convivencia pacífica no habríamos llegado a esta instancia".
Sin embargo, aclaró que "la obra se ejecuta con dineros del presupuesto participativo, es decir que ha sido una decisión exclusiva de funcionarios municipales".
Por Los Andes.
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